Lo que el viento se llevó

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o que el viento se llevó

Dr.Alvaro Vero

Por el Dr. Alvaro Vero
Esp. en Salud Pública

En realidad, es continuación del «Hospital Resolutivo» y sus graves problemas, mencionados en una nota anterior. Por supuesto, está incluido dentro de lo que el viento se llevó; en términos generales, el nivel técnico, la calidad de sus servicios, su rol como formador de RRHH y su referencia en el norte del país, gracias a sus servicios de calidad quirúrgica reconocidos tanto en Uruguay como en el exterior.

Pero también se llevó los desarrollos omitidos por el MSP, planteados en la Ley de Urgente Consideración que no han sido desarrollados, y sí otros como las «Enfermedades Raras», la «Eutanasia», la «encefalitis del equino» y tantas otras «variedades» que no incluyeron dentro de la normativa la introducción de las «ablaciones cardíacas por catéter», que son necesidades diarias y no cuentan con financiamiento público ni privado. Tampoco se conocen las líneas ministeriales de la Junasa ni de la Dirección General de la Salud, con representantes esquivos y atávicos. Ni hablemos de la normativa de las lentillas ópticas que nunca fueron definidas. En fin, pero se busca nombre para el HRS y se propuso políticamente el de un reconocido y fallecido cirujano, aunque entiendo hay otros tan meritorios como el señalado.

Si vamos a los aspectos gremiales, por lo pronto, Femi ha desaparecido como actor del sistema, como órgano de propuesta que fue, donde sus «regionales» actuaban mes a mes interpelando a los dirigentes de las diferentes organizaciones del sistema – hoy todo tipo de control gremial no existe.

Tampoco el apego a las normas morales y éticas que el Colegio Médico debe tutelar. Hemos tenido en los últimos años al Dr. Carlos Rattín y, actualmente y sucesivamente, al Dr. César Suárez, en cargos rentados, pero lejos de aplicar normas morales o éticas en las organizaciones privadas y públicas, que si bien no son vinculantes bien que podrían ser analizadas, proponiendo recién hoy, la práctica de la negociación y entendimiento entre las partes en los conflictos. Hasta ahora, a mi modesto entender, soslayaron sus obligaciones de moral médica. Permitieron el destrato de colegas entre colegas sin más fundamento que los intereses personales protegidos de conflictos.

¿Cómo explicaría el Dr. Rattín técnicamente las fundamentaciones de las compras observadas del HRS con apartamientos del TOCAF (ley 19438) observadas documentalmente por el Tribunal de Cuentas y la Asamblea General?

¿Es posible que actúen con independencia de la mutual médica? Imposible. Son distinguidos por la misma y rinden beneplácito.

¿Qué se sabe del «riesgo moral» de la sobredimensión de la demanda por parte de los contratantes y usuarios? ¿Es posible no hablar de riesgo moral cuando los que recetan son los mismos prácticamente que envían a su cooperativa o clínicas S.A y S.R.L? En la medida que las partes integran un bien de confianza y la calidad nunca llega a determinarse, es un fraude al estado basado en el amiguismo e intereses personales.

Esto amerita evaluar la pertinencia de las indicaciones y la eficiencia del proceso asistencial, cosa que corresponde a la ordenadora del gasto, Dra. Tafernaberry. El HRS actúa como financiador en ciertas compras en nombre de los ciudadanos, servicios de calidad y costo asumible con la debida transparencia. Se debe plantear la producción de servicio o contratarlo externamente. Reconozco la complejidad que es de orden.

El listado de servicios comprados en el año 22 por la Dra. Tafernaberry merece explicaciones técnicas por la heterogeneidad de clínicas y hospitales más empresas médicas contratadas, los estudios que pagó a funcionarios médicos del hospital en la órbita de la neumología (¿cobraban 2 veces?), estudios radiológicos simples, ECG sencillos, anestesistas, estudios urológicos en Comepa, Círculo Láser (pese a que fue anunciado por el vocero los avances de la oftalmología), y de la urología, en total 6247 consultas de las cuales fueron únicas o unitarias el 34%, lo que marca la gran dispersión en tanto que las operaciones traumatológicas se pagaron promedialmente 90.000 $.- En términos generales llama la atención no haber generado servicios propios prioritarios como la tomografía. Existe conjunción de intereses entre la gestión del HRS, su dirección y la cooperativa médica donde se incluyen los mismos funcionarios o parientes familiares. Por algo el pedido de informes. Existe sin duda discrecionalidad en las autorizaciones e inequidades que solo una auditoría de historias clínicas podrá negar.

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