Este domingo, la tormenta Ophelia, aunque degradada a menos de tormenta tropical, sigue amenazando partes del noreste de Estados Unidos con olas potencialmente mortales y fuertes lluvias que van desde Washington hasta la ciudad de Nueva York, según informa el Centro Nacional de Huracanes. Mientras tanto, en el Atlántico se está formando una nueva tormenta tropical llamada Philippe.
El Centro Nacional de Huracanes advirtió que, a pesar de la degradación de Ophelia el sábado, las marejadas generadas por la tormenta seguirán afectando la costa este durante el resto del fin de semana. Se espera que cause condiciones peligrosas para el oleaje y corrientes de resaca. Además, se prevé que Ophelia deje entre 2,5 y 7,6 centímetros de lluvia adicional sobre partes del Atlántico Medio y Nueva Inglaterra, con el riesgo de posibles inundaciones aisladas en ríos.
Ophelia se encuentra actualmente al sur de Washington y se espera que continúe su trayectoria hacia el noreste antes de girar hacia el este y debilitarse aún más en los próximos dos días. En contraste, Philippe se encuentra a 1.890 kilómetros al oeste de las islas de Cabo Verde, con vientos máximos sostenidos de 75 kilómetros por hora.
En Nueva Jersey, algunas comunidades costeras como Sea Isle City experimentaron inundaciones el sábado, y miles de personas en el estado se encuentran sin electricidad. Más de 6.000 clientes estaban sin suministro eléctrico durante la mañana del domingo, según el sitio NJ.com.
El Servicio Meteorológico Nacional informó que numerosas comunidades han reportado inundaciones costeras. Videos en redes sociales mostraron inundaciones significativas en comunidades ribereñas de Carolina del Norte, como New Bern, Belhaven y Washington. Unos miles de hogares y negocios en el estado permanecen sin electricidad.
Ante la situación, los gobernadores de Carolina del Norte, Virginia y Maryland declararon el estado de emergencia el viernes pasado. Los científicos advierten que el cambio climático podría hacer que los huracanes se expandan hacia regiones de latitudes medias con más frecuencia, lo que haría que tormentas como el reciente huracán Lee sean más comunes.
Un estudio reciente simuló las trayectorias de ciclones tropicales en diferentes épocas y encontró que es más probable que los huracanes se acerquen a las costas en un futuro con mayores emisiones de gases de efecto invernadero. Esto incluye ciudades como Boston, Nueva York y Virginia.
En resumen, mientras Ophelia y Philippe ponen en alerta a las comunidades costeras de Estados Unidos, también sirven como un recordatorio del impacto potencial del cambio climático en la formación y trayectoria de tormentas tropicales y huracanes.