Propuestas enfocadas en economía, salud y desarrollo reflejan la visión de los candidatos en el debate final. Foto: Rodrigo Viera Amaral
Orsi reitera su compromiso fiscal y presenta un plan de salud clave, mientras Delgado defiende los logros económicos recientes.
A una semana de la segunda vuelta electoral en Uruguay, el debate presidencial entre Yamandú Orsi, candidato del Frente Amplio (FA), y Álvaro Delgado, del Partido Nacional (PN), dejó planteamientos que buscan captar la atención de los votantes indecisos. Desde promesas fiscales hasta propuestas de infraestructura en salud, ambos contendientes trataron de marcar sus diferencias, aunque también se encontraron puntos de coincidencia.
Un compromiso fiscal claro
Yamandú Orsi no dudó en hacer una afirmación categórica: “No vamos a aumentar los impuestos”. Con estas palabras, el candidato del FA intentó despejar las dudas de quienes temen un aumento en la carga fiscal bajo un gobierno de izquierda. Según explicó, el objetivo no es incrementar los tributos, sino simplificar el esquema tributario actual, que calificó como “innecesariamente complejo”.
Aunque las bases programáticas de su partido incluyen transformaciones al sistema tributario, como la reducción de impuestos al consumo y un fortalecimiento progresivo de los gravámenes a la renta y el patrimonio, Orsi dejó en claro que esto no implicará una mayor carga global para los contribuyentes. Su mensaje apunta a un equilibrio, buscando tranquilizar tanto a las clases medias como a los grandes empresarios.
Por otro lado, Álvaro Delgado aprobó el mismo bloque del debate para destacar los logros del gobierno actual. Según él, el país ha alcanzado "la mejor calificación crediticia de su historia", un récord en el salario real y el nivel de empleo más alto en casi cinco décadas. Estas afirmaciones buscan reforzar la idea de que la administración actual ha manejado con eficacia los desafíos económicos, a pesar de lo que él llamó “cinco crisis” que marcaron el período.
Salud y desarrollo humano en el centro del debate
Otro tema que generó interés fue la salud. Orsi destacó la necesidad de construir un hospital de referencia en la costa de Canelones, una región que ha experimentado un notable crecimiento poblacional en los últimos años. Según el candidato del FA, este hospital sería un avance crucial para la atención médica en una zona que hasta ahora depende en gran medida de los servicios de Montevideo.
Esta propuesta recibió el respaldo de Delgado, quien afirmó que “es necesario, claro que sí”. Sin embargo, la concordancia entre ambos terminó ahí, ya que Orsi criticó duramente la gestión del cierre de la Casa de Galicia, una institución sanitaria que dejó de operar durante este período de gobierno. “¿Por qué se dejó caer Casa de Galicia?”, cuestionó Orsi, buscando generar reflexión sobre el manejo de recursos en el sector.
Delgado, en cambio, apuntó a lo que demostró una falta de respaldo del FA en ciertos logros del actual gobierno. “No sé por qué ningún referente del Frente Amplio estuvo presente en la inauguración del Hospital del Cerro”, mencionó, marcando un contraste con el enfoque del partido opositor.
Un mensaje directo y personal
En el cierre del debate, Orsi abordó una cuestión interna que ha generado cierta polémica en el FA: la elección de su compañera de fórmula, Valeria Ripoll. Con un tono firme, afirmó que la decisión fue completamente suya y no impuesta por otros actores políticos. “La elegí yo, no 'se' la eligieron. Tampoco es un repuesto”, dijo, refiriéndose indirectamente a las declaraciones de José Mujica, quien en una reciente entrevista calificó la incorporación de Blanca Rodríguez como un “repuesto” ante la posible negativa de Carolina Cosse para aceptar la candidatura a la vicepresidencia.
¿Qué está en juego?
A pocos días de los comicios, el debate dejó en evidencia las prioridades de cada candidato y sus estrategias para conectarse con el electorado. Mientras Delgado busca consolidar su imagen como continuador de un modelo económico exitoso y estable, Orsi apuesta por un discurso de transformación moderada, evitando el temor al cambio y priorizando la cohesión social.
La segunda vuelta será decisiva, y las propuestas planteadas en este encuentro podrían inclinar la balanza en una contienda que se avizora reñida. Con temas sensibles como los impuestos, la salud y la autonomía política en el centro de la discusión, los uruguayos decidirán entre la continuidad o un giro hacia una alternativa que promete renovarse sin romper del todo con el pasado.
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