Topolansky defiende a Orsi y critica burlas por dificultades del habla: “Si tartamudea, es un defecto físico y la gente no debe burlarse”

Topolansky defiende a Orsi, subrayando la importancia de respetar a quienes enfrentan trastornos del habla como el tartamudeo.

El debate sobre el respeto hacia las personas con trastornos del habla refleja una necesidad urgente de empatía en la sociedad.

Topolansky critica duramente a quienes se burlan de dificultades del habla, afirmando que es una falta de respeto y que se debe poner el foco en los contenidos y no en los defectos físicos.


Lucía Topolansky, exvicepresidenta de Uruguay, fue enérgica al salir en defensa de Yamandú Orsi, el candidato presidencial de la coalición de izquierdas, frente a las críticas que su misma oratoria le valía. En una entrevista declaró con contundencia: “Si el tartamudeara, eso es un defecto físico y la gente no debe burlarse”. Con ello dio en el clavo: la frase no sólo dijo algo importante sino que fue la ocasión, el medio de hacerlo. En un entorno como el uruguayo, donde la manera de hablar es de vital importancia para la acción política, no pasaba desapercibido.

La tartamudez, trastorno que afecta a millones de personas en todo el mundo, no es sólo una cuestión de dificultad para hablar: va mucho más allá. En países como Uruguay, donde los temas de inclusión y contemplación de la diversidad han calado hondo, las palabras de Topolansky adquirieron una significación especial. Desde el punto de vista de los expertos en la materia el tartamudeo se puede manifestar de distintas maneras: repetición de sonidos, tensión muscular, problemas para dar inicio a palabras inconclusas... Esos desafíos, que a menudo se ven agravados por situaciones de estrés o por la presión, no deberían ser motivo de mofa. Lo que la sociedad debe hacer con ellos es proporcionar apoyo y comprensión, tanto por parte social para como terapéutica.

El entorno político, donde las palabras y el lenguaje son tan fundamentales, puede ser una cárcel para aquellos que tengan dificultades a la hora de expresarse con fluidez. La burla, como indica Topolansky, no es moralmente correcta, por decirlo así. Y puede tener graves consecuencias emocionales para la gente que sufre ese tipo de escrutinio público. En este sentido, para Topolansky la empatía y el respeto son valores que deben situarse en el centro de cualquier discusión.

Los expertos coinciden en que el tartamudeo puede afectar la autoestima y el bienestar emocional de quienes lo padecen. Por supuesto, hay terapias que permiten a la persona tartamuda hablar mejor y, lo más importante, hay entornos sociales y familiares que admiran la paciencia y entendimiento hacia esa gente de tan peculiar voz.

Si construimos un espacio que sea inclusivo y respetuoso, especialmente en la política, donde las diferencias individuales pueden convertirse en un objeto de críticas inmerecidas.Al defender a Orsi, Topolansky no sólo protege un compañero de partido, sino que también toca un tema crucial: el cuidado de la salud mental y el bienestar emocional en la política. Como están siempre en el ojo público, los políticos tienen que enfrentar una presión implacable para comunicarse clara y persuasivamente. 

Para aquellos que como Orsi pueden tener alguna dificultad física, la presión es aún mayor.Es por ello las palabras de Topolansky son un intento de redireccionar las críticas lejos de las barreras físicas, para enfocarse en el contenido y la sustancia de los discursos. El tartamudeo ha empezado a recibir más visibilidad, en parte gracias a figuras públicas que compartieron sus experiencias y desafiaron las percepciones negativas acerca de el trastorno.

En Uruguay, así como en muchos otros países, se empieza a comprender que las diferencias vocales son motivo de respeto. El que personas con influencia como Topolansky tomen la iniciativa de hablar sobre estos temas es un avance importante para una sociedad más incluyente y comprensiva.

Sobre todo, La defensa de Topolansky no es solo un asunto de solidaridad de amigos, es también una advertencia de cómo manejamos la diversidad, tanto en política como en la vida diaria. En un contexto en el que los discursos se polarizan cada vez más, es esencial que aquellos que hacen llamamientos a la empatía y al respeto sigan existiendo, a fin de que podamos seguir adelante hacia una sociedad en la que las diferencias no sean motivo de burla sino un motivo de comprensión y apoyo.


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