Según los datos del mercado consultados por Europa Press, la onza de oro registraba esta mañana una ligera subida de un 0,3%, negociándose en el entorno de los 2.380 dólares, pero, con la publicación del indicador de precios en Estados Unidos, el metal se ha disparado por encima del nivel de los 2.400 dólares, vislumbrando así los máximos históricos cosechado el pasado 20 de mayo en los 2.450 dólares.
En lo que va de año, el oro acumula una revalorización de un 17%. Entrando al detalla de la referencia macroeconómica, el índice de precios de consumo (IPC) de Estados Unidos se situó en el 3% interanual en el mes de junio, lo que implica una desaceleración de tres décimas respecto al dato de mayo, según ha informado la Oficina de Estadísticas Laborales del Departamento de Trabajo del país.
De su lado, el índice subyacente, que excluye de su cálculo los precios de los alimentos y la energía por su mayor volatilidad, cerró el sexto mes de 2024 con un incremento del 3,3%, una décima menos que en el mes anterior y su menor marca desde abril de 2021.
El dato de junio podría contribuir a la normalización de la política monetaria por parte de la Reserva Federal de Estados Unidos (Fed), ya que apunta a una contención de la inflación, si bien la variable preferida por la Fed para monitorizar el coste de la vida es el índice de precios de gasto de consumo personal (PCE).
Cabe destacar que el oro y el dólar mantienen, según la teoría clásica, una correlación inversa, ya que cuando baja el ‘precio del dinero’ (los tipos de interés) son necesarios más dólares para comprar lingotes, en tanto que una política monetaria dura presiona el precio del metal.
Con todo, en los últimos meses esta relación se ha visto alterada y ambos activos han convergido al alza: por un lado, el dólar se mantiene fuerte al tener la Fed los tipos de interés en el rango del 5,25-5,5%, mientras que el precio del oro se ha visto impulsado por los riesgos geopolíticos y la demanda de los bancos centrales.
Al hilo de este último punto, Bank of America (BofA) pronosticó hace dos semanas que la cotización de la onza de oro troy escalase hasta los 3.000 dólares en un plazo de 12 a 18 meses por la confluencia de varios factores, entre los que sobresalía la demanda del metal precioso por parte de los bancos centrales.
CONTEXTO DEL ORO: SUBE MÁS DE UN 30% DESDE EL ATAQUE DE HAMÁS
La cotización del oro resurgió con fuerza por el regreso a primer plano del conflicto palestino-israelí, en tanto que desde el pasado 7 de octubre -día del ataque de la milicia islamista Hamás sobre territorio israelí- el metal acumula una revalorización de más del 30%.
De esta manera, impulsado por los riesgos geopolíticos y la compra masiva por parte de los bancos centrales, el oro alcanzó a principios de diciembre una nueva cota para sus registros históricos por encima de los 2.100 dólares y siguió perforando cotas hasta alcanzar los 2.450 dólares el pasado mayo.
Anteriormente a esa racha alcista del pasado otoño, la última vez que el oro cotizó por encima de los 2.000 dólares fue en mayo de 2023 por la tensión en el conflicto ucranio y los coletazos derivados de la crisis de la banca regional estadounidense, así como la quiebra de Credit Suisse del pasado marzo, de tal manera que su valor alcanzó un valor de 2.063 dólares a principios de mayo.
Con todo, el anterior máximo histórico del oro -previo al de finales de 2023- se produjo el 7 de marzo de 2022, cuando la onza tocó los 2.075 dólares, por el comienzo dos semanas antes de la invasión rusa de Ucrania. A su vez, también rondó esos niveles en agosto de 2020 tras el estallido de la pandemia.
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