UE.- Kaja Kallas, una liberal del este de Europa para sustituir a Borrell

La liberal Kaja Kallas ha sido elegida como futura Alta Representante de la Unión Europea para la Política Exterior, un cargo centrado en tratar de cohesionar las posturas diplomáticas y de seguridad de los Veintisiete y que hasta ahora había estado al cargo del socialista Josep Borrell.

La décima legislatura de la Unión Europea da sus primeros pasos tras las elecciones del domingo 9 de junio y uno de los principales asuntos a tratar era el del reparto de los ‘top jobs’, las principales carteras del Ejecutivo comunitario, que volverá a estar liderado por la conservadora alemana Ursula von der Leyen.

Kallas ascendió a la Jefatura de Gobierno estonia en 2021 tras el colapso del Ejecutivo de Juri Ratas. El año pasado se hizo con la victoria en las elecciones parlamentarias, con lo que abandonará el cargo mucho antes de lo previsto para poner de nuevo a Bruselas, donde ya fue eurodiputada entre 2014 y 2018.

La hasta ahora mandataria estonia sigue con paso firme la senda abierta por su padre hace ya dos décadas. Siim Kallas ejerció también brevemente como primer ministro (enero de 2002 a abril de 2003) y a continuación sirvió en Bruselas como comisario de Asuntos Económicos y Monetarios, de Transportes y de Asuntos Administrativos.

Antes de esto, a Siim Kallas le dio tiempo de abandonar el Partido Comunista de la Unión Soviética y, en 1994, fundar su propia formación, el Partido Reformista Estonio, de tendencia liberal y que desde entonces prácticamente ha dominado el Gobierno en el país báltico.

Kaja Kallas tomó también las riendas del partido, que en Bruselas forma parte del grupo parlamentario Renew. De hecho, esta es la primera ocasión en que otra familia europea que no sea la de los Socialistas y Demócratas (S&D)controla la denominada como cartera de Exteriores.

El Partido Reformista Estonio de Kallas quedó en tercer lugar en las últimas elecciones europeas con casi un 18 por ciento de los votos y un solo eurodiputado. El conservador Isamaa fue el gran triunfador de aquella jornada (21,5% y dos escaños) junto a los socialistas (19,3% y otros dos escaños).

Con su nombramiento como responsable de la diplomacia europea, la Unión Europea tiene un gesto con la familia liberal del Parlamento, que a excepción del Charles Michel como presidente del Consejo no había ostentado ningún ‘top job’ desde hacía dos décadas.

Asimismo, es la tercera vez que un representante de Europa del Este lidera uno de los altos puestos, después de los polacos Donald Tusk (presidente del Consejo hasta 2019) y Jerzy Buzek (presidente de la Eurocámara hasta 2012).

EN BUSCA Y CAPTURA EN RUSIA

Uno de los asuntos más destacados de Kallas tiene que ver con su oposición frontal a la Rusia del Vladimir Putin. En un contexto marcado por la guerra en Ucrania, los países del Báltico se han erigido como el principal azote de Moscú en la Unión Europea, probablemente por su cercanía a un conflicto que en el margen occidental del bloque ven con mayor distancia.

Esta postura también se ha hecho notar dentro de las propias fronteras estonias, donde el Gobierno ha ordenado el desmantelamiento de gran parte de los monumentos soviéticos como respuesta a la invasión de Ucrania. Además, los bálticos han iniciado trámites para abandonar el idioma ruso y todo lo relativo con Moscú.

En este contexto, a mediados del pasado mes de febrero la Justicia rusa incluyó a Kallas y su ministro de Finanzas, Arvils Aseradens, en su lista de personas en busca y captura. Moscú les acusa de permitir «actos hostiles» contra Rusia y asegura «son responsables de decisiones que constituyen una profanación de la memoria histórica».

Kallas también se vio salpicada por un escándalo empresarial de su marido, Arvo Hallik, quien tenía una participación de casi un 25 por ciento en una empresa dedicada al transporte que había seguido trasladando materias primas a Rusia a pesar de las prohibiciones impuestas por el Gobierno estonio tras la invasión rusa de Ucrania.

La mandataria salió entonces al paso de las críticas para reconocer el error de su marido, pero aseguró que en ningún momento la pareja se había lucrado de aquello, y que «ni un solo euro» había sido gastado en territorio ruso con estos negocios. Además, aseguró que el objetivo final del negocio con los rusos era ayuda a una empresa estonia.

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