Carlos Taroco condenado a tres años de prisión en un caso que resalta la corrupción y el abuso de poder en Uruguay.
Carlos Taroco, exdirector del Comcar, enfrenta tres años de prisión efectiva por su implicación en delitos de corrupción y abuso, marcando un precedente importante en la justicia uruguaya.
La justicia uruguaya dictaminó una condena de tres años de prisión efectiva para Carlos Taroco, anterior mando del Comcar, por su rol en el entramado que culminó con el encarcelamiento del nacionalista Gustavo Penadés por delitos de abuso sexual a menores.
Taroco fue hallado responsable de cohecho calificado, conspiración para delinquir y la repetida violación de secretos. Esta sentencia viene acompañada de una inhabilitación de tres años para ocupar cargos públicos, el pago de una multa de 51 Unidades Reajustables (UR) y una compensación económica, según lo dictado por la Ley de Género.
La fiscal especializada en Delitos Sexuales de 6º Turno, Alicia Ghione, demostró que Taroco y Penadés no mantenían una relación cercana ni constante. Penadés, por su parte, fue acusado por 22 casos de abuso sexual, violación y corrupción de menores a mediados de octubre de 2023.
Diego Cuiñas, funcionario del Parlasur y el nexo entre ambos, también recibió sentencia en una audiencia hacia finales de diciembre.
Previo a la denuncia de Penadés sobre una supuesta conspiración en su contra, un equipo de policías ya investigaba para vincular a las víctimas y sustentar la teoría de que los cargos eran fabricados para difamar al exnacionalista. Cuando surgieron dudas sobre la falta de explicaciones por parte de Penadés, Cuiñas instruyó a Taroco a "embarrar la cancha", intensificando esfuerzos para que el exsenador pudiera defenderse públicamente. Pocos días después, Penadés declaraba la existencia de un complot en su contra.
Inicialmente, el Ministerio Público describió un "flujograma" creado por Taroco, que ilustraba a las víctimas, cuyas identidades son confidenciales, con sus fotografías. En el centro figuraban Jonathan Mastropierro y Romina Celeste Papasso, conectados mediante flechas a otros denunciantes, evidenciando los lazos entre ellos.