La propiedad en Colonia Garibaldi, centro de la controversia presupuestaria del INAU, simboliza los desafíos en la expansión de los CAIF.
La ambición de expandir los CAIF choca con la realidad presupuestaria, poniendo en jaque la compra de una propiedad en Colonia Garibaldi.
En un giro que parece sacado de una telenovela, el Poder Ejecutivo lanzó un ambicioso plan para mejorar la vida de los más peques, con una mirada especial en los centros CAIF. Desde el 2021, se han venido anunciando aumentos de cupos y "cambios cualitativos al modelo", según reza el guion oficial. Pablo Abdala, en su papel de expresidente del INAU y ahora subsecretario de Interior, destacó la introducción de índices de vulnerabilidad para dar prioridad a las familias más necesitadas, además de extender el modelo de atención de cuatro a ocho horas y de semanal a diario para los niños de un año.
"Para el final del acto, se habrán inaugurado 86 nuevos centros de primera infancia y ampliado cupos en más de 130 CAIF, además de construir 87 salas móviles", anunció Abdala, en un tono que buscaba inspirar esperanza. Sin embargo, Velázquez, representante de Cabildo Abierto en el directorio, le bajó el telón a la fiesta, declarando a El País que hoy por hoy, el presupuesto es más una ilusión que una realidad.
"No contamos con presupuesto asignado para muchas de las obras en construcción. Lo que tenemos hoy simplemente no alcanza", señaló Velázquez, poniendo en duda el futuro de los centros construidos bajo este programa. Según el jerarca, el actual presidente del INAU, Guillermo Fossati, está en plenas negociaciones con el Ministerio de Economía para asegurar los fondos necesarios.
"No está claro qué sucederá, ni si nos entregarán los $1.500 millones que faltan. Asumimos que deberían hacerlo, pero hasta ahora solo hemos encontrado silencio y estamos aún en negociaciones", agregó con una mezcla de esperanza y resignación.
La trama se complica con la compra fallida de una casa en Colonia Garibaldi, que tenía como fin último ampliar la red de atención a la primera infancia. "El miércoles pasado caducó un boleto de reserva para la compra de una propiedad y, aunque se había dado la orden de compra, la falta de presupuesto nos dejó preguntándonos si proceder o no. Personalmente, voté en contra de la compra, pero el boleto de reserva ya estaba en juego", compartió el director cabildante, añadiendo más suspenso a la historia.
El estado actual de preocupación sobre el presupuesto, incluso para proyectos no apoyados por él, revela una trama de incertidumbre y desafíos financieros. "Aunque no haya votado por ellas, hay construcciones que se hicieron, están en proceso o en espera para comenzar. Nos preguntamos si se frenarán o no por falta de recursos", concluyó Velázquez, dejando la puerta abierta a futuros episodios en este culebrón de la política y la gestión pública uruguaya.