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Paramédicos atienden al hombre herido en el accidente aéreo cerca de Nagambie, en una jornada marcada por la tragedia en los cielos australianos. |
Un oscuro manto de tristeza se cernió sobre Australia este fin de semana, tras los dos accidentes aéreos que se sucedieron en Melbourne y Queensland, dejando un saldo de cuatro personas fallecidas y una gravemente herida, según informó la cadena ABC. Los accidentes resaltan los peligros inherentes que enfrentan tanto los pilotos como los pasajeros en los cielos australianos.
El primer incidente se produjo a primera hora del domingo, cerca de Nagambie, aproximadamente a 150 kilómetros al norte de Melbourne. A las 7:15 horas (hora local), una avioneta se estrelló contra una propiedad privada. El piloto del autogiro perdió la vida en el acto, mientras que un hombre de unos 70 años que lo acompañaba resultó herido. Paramédicos atendieron al herido en el lugar antes de trasladarlo en condición estable a un hospital cercano, donde actualmente recibe atención médica.
En un evento separado, el sábado, un equipo aéreo dedicado a la extinción de incendios sufrió una tragedia cerca de Cloncurry, en el noroeste de Queensland. Poco después de las 14:30 horas (hora local), un avión que transportaba a tres bomberos se estrelló, dejando sin vida a todos a bordo. Las autoridades policiales arribaron al sitio del desplome alrededor de las 17:00 horas, enfrentando dificultades debido a la naturaleza inhóspita del terreno. Una vez en el lugar, confirmaron la desafortunada pérdida de los tres valientes servidores públicos.
Los incidentes aéreos de este fin de semana no solo resaltan los riesgos a los que se enfrentan aquellos en el aire, sino también la pérdida irreparable para las familias y comunidades afectadas. Mientras las investigaciones sobre las causas de los accidentes continúan, Australia lamenta la pérdida de vidas y reflexiona sobre las medidas de seguridad aérea que podrían necesitar reevaluación.