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Imágenes satelitales revelan antiguos megafuertes en la cuenca de los Cárpatos, ofreciendo una nueva visión de la compleja sociedad de la Edad del Bronce. |
20 de noviembre (Europa Press) - Recientes investigaciones han desvelado una extensa red de antiguos recintos que podrían ser clave para comprender los megafuertes de la Edad del Bronce, consideradas las construcciones prehistóricas más imponentes antes de la Edad del Hierro. Estos hallazgos, fruto del análisis de imágenes de satélite y fotografías aéreas, fueron realizados por un equipo de arqueólogos del University College Dublín en colaboración con colegas de Serbia y Eslovenia. Su estudio se centró en el paisaje prehistórico de la cuenca sur de los Cárpatos en Europa Central, donde descubrieron más de 100 sitios que evidencian una sociedad compleja.
Los arqueólogos identificaron que el uso común de recintos defendibles en estos sitios era un antecedente directo de los famosos castros europeos de la Edad del Bronce. Barry Molloy, profesor asociado de la Escuela de Arqueología de la UCD y autor principal del estudio, señaló la relevancia de algunos de estos megafuertes como Gradiste Idos, Csanádpalota, Sântana o Cornesti Iarcuri, este último con 33 km de fosos y de un tamaño superior a otras fortificaciones contemporáneas de civilizaciones como los hititas, micénicos o egipcios. Molloy destacó que estos sitios no eran aislados, sino parte de una red densa de comunidades interdependientes, habitadas por decenas de miles de personas en su apogeo.
La cuenca de los Cárpatos, ubicada en el centro y sureste de Europa con la llanura de Panonia en su núcleo, fue el área de estudio. La investigación, publicada en la revista PLOS ONE, reveló más de 100 sitios en la región interior del río Tisza, formando el denominado Tisza Site Group (TSG). La proximidad de estos sitios, situados a no más de 5 km entre sí y alineados a lo largo de los ríos Tisza y Danubio, sugiere una red de comunidades cooperativas distribuidas en distintas localidades.
El estudio indica que el TSG fue un centro de innovación prehistórico significativo y un nodo crucial en la red europea durante el apogeo de civilizaciones como los micénicos, los hititas y el Egipto del Nuevo Reino, alrededor de 1500-1200 a.C. Esta investigación aporta nuevos conocimientos sobre las conexiones europeas en el segundo milenio antes de Cristo, un periodo considerado crítico en la prehistoria. Molloy resaltó que las tecnologías militares avanzadas y de movimiento de tierra de esta sociedad se difundieron por toda Europa tras su colapso en el año 1200 a.C., lo que ayuda a explicar similitudes en la cultura material y la iconografía en toda Europa hacia finales del segundo milenio antes de Cristo.
La investigación también desafía muchas percepciones de la prehistoria europea, sugiriendo que estos más de 100 sitios no eran jefaturas individuales en competencia, sino parte de una sociedad organizada y cohesionada. "Excepcionalmente en la Europa prehistórica, hemos podido definir un paisaje poblado completo, con mapas del tamaño y diseño de los sitios, e incluso las ubicaciones de las viviendas dentro de ellos", dijo Molloy. El estudio revela una visión sin precedentes de cómo vivían estos pueblos de la Edad del Bronce y su interacción con numerosos vecinos.
Molloy advierte, sin embargo, que esta no fue una época de paz y abundancia. Las innovaciones en la guerra y la violencia organizada fueron significativas en este periodo, y la escala de esta sociedad indica que era relevante y poderosa en el contexto europeo. Los asentamientos estaban bien equipados para defender sus logros, con armas potentes y características defendibles destacadas.
La investigación utilizó tecnologías de vanguardia, incluyendo imágenes satelitales, para descubrir esta red desconocida de sitios masivos. Molloy aclara que la percepción popular de la arqueología, a menudo asociada a la precisión quirúrgica en excavaciones, es solo una parte de la realidad del campo. La mayoría de los sitios del TSG se establecieron entre 1600 y 1450 a.C., y casi todos colapsaron alrededor del 1200 a.C., siendo abandonados en masa. Este periodo, según Molloy, marcó un punto de inflexión en la prehistoria del Viejo Mundo, con el colapso de reinos, imperios, ciudades y sociedades en una vasta área del suroeste de Asia, el norte de África y el sur de Europa. El descubrimiento de estas nuevas entidades políticas y su relación con sociedades influyentes y conocidas ofrece una nueva perspectiva sobre este momento crítico de la historia, aunque también es un recordatorio de su trágico destino común en una época de crisis generalizada.