Un estudio reciente de la Universidad de Oxford ha descubierto que los abejorros no pueden detectar la presencia de pesticidas en el néctar, incluso en niveles que pueden ser letales. Este hallazgo, publicado en la revista científica eLife, señala un riesgo significativo para estas especies y su crucial función de polinización en los ecosistemas agrícolas.
La investigación pone de manifiesto que los abejorros, polinizadores esenciales para muchos cultivos, están expuestos a un alto riesgo de intoxicación por pesticidas. A pesar de su habilidad para probar y distinguir diferentes soluciones azucaradas, los abejorros no logran identificar sabores amargos asociados a compuestos tóxicos como los neonicotinoides y la sulfoximina, presentes en algunos pesticidas.
Los científicos de Oxford emplearon dos métodos para evaluar esta incapacidad. Por un lado, utilizaron electrofisiología para analizar las respuestas de las neuronas en las sensillas gustativas (equivalentes a las papilas gustativas humanas) en la boca de los abejorros. Los resultados mostraron que las respuestas neuronales eran idénticas tanto al consumir soluciones de azúcar puras como aquellas mezcladas con pesticidas, lo que indica la falta de detección de estos químicos por parte de los insectos.
Por otro lado, realizaron experimentos de comportamiento donde los abejorros tenían la opción de alimentarse con soluciones azucaradas puras o mezcladas con pesticidas. Se observó que los abejorros consumían cantidades similares en ambos casos, demostrando que no evitaban las soluciones contaminadas, incluso cuando estas contenían concentraciones peligrosas de pesticidas.
Estos hallazgos son alarmantes, ya que sugieren que los abejorros no pueden evitar la exposición a pesticidas a través de su sentido del gusto. La Dra. Rachel Parkinson, del Departamento de Biología de la Universidad de Oxford y autora principal del estudio, expresó su preocupación al afirmar que los abejorros probablemente no evitarían consumir néctar contaminado con pesticidas en su entorno natural, dada su incapacidad para percibir estos compuestos.
El estudio también examinó la reacción de las abejas a la quinina, un compuesto con un sabor amargo. En altas concentraciones, la quinina disuadió a las abejas de consumir la solución azucarada, pero en concentraciones bajas, aunque consumían menos, el tiempo de contacto con la solución era el mismo.
Estos descubrimientos tienen la necesidad de reconsiderar el uso de pesticidas en la agricultura, dada su amenaza directa a los abejorros y su papel esencial en la polinización. La investigación de Oxford abre el camino para futuros estudios sobre la interacción entre los pesticidas y la fauna polinizadora, enfatizando la importancia de proteger a estos polinizadores vitales.