Uruguay muestra un avance significativo en la lucha contra la inflación, con una tasa interanual que cae al 4,1% en agosto. Este logro se atribuye a políticas monetarias efectivas y marca un cambio notable en comparación con años anteriores.
La tasa de inflación de Uruguay ha experimentado una disminución notable, alcanzando el 4,1% en agosto en comparación con el mismo mes del año anterior. Este es el nivel más bajo registrado desde septiembre de 2005, según datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). Este logro se atribuye en gran parte a la efectiva política monetaria implementada por el Banco Central del país.
En agosto, los precios al consumidor aumentaron solo un 0,17% en comparación con el mes anterior. Este descenso en la inflación también se refleja en la inflación núcleo, que registró un aumento interanual cercano al 4,1%. En el segmento de alimentos y bebidas no alcohólicas, los precios cayeron un 0,19%, mientras que los costos de vivienda y educación aumentaron solo un 0,05%. Las tarifas de transporte, por su parte, registraron un incremento mensual del 0,11%.

Diego Labat, presidente del Banco Central, ha sido un pilar en la implementación de estas políticas monetarias, que han logrado mantener la confianza en el régimen de metas de inflación. Labat aseguró que los precios no aumentarán más del 5% durante todo el año 2023. Aunque desde el Banco Central se señala que el proceso de desinflación aún no ha concluido, el avance es innegable.
Además, el índice de precios mayoristas mostró una fuerte deflación, con una tasa interanual del 12,2% en agosto. Este fenómeno va más allá de una simple reajuste de precios y refleja una recuperación económica post-pandemia.
Contrario a las recomendaciones de economistas heterodoxos, el Banco Central ha reducido su objetivo de inflación del 7% al 6% para este año. Se espera que esta tendencia continúe, con el objetivo de alinear la tasa de inflación del país con las economías más estables del mundo, que suelen tener tasas cercanas al 2%.
El Fondo Monetario Internacional (FMI) ha elogiado la prudencia de Uruguay en la implementación de correcciones significativas en su política monetaria y fiscal en el período posterior a la pandemia. Los resultados en términos de crecimiento y estabilidad son evidentes y prometedores.
Es importante tener en cuenta que el Índice de Precios al Consumidor (IPC) tiende a sobreestimar la inflación, especialmente cuando las variaciones son mínimas. Hay un consenso generalizado de que una tasa de inflación cercana al 2% indica una estabilidad de precios completa, lo que justifica que los bancos centrales apunten a esta cifra como su objetivo.