El expresidente de los Estados Unidos, Donald Trump, junto con 18 colaboradores, ha sido acusado por un gran jurado en Georgia en relación con los intentos de revertir su derrota en las elecciones presidenciales de 2020. Entre los cargos presentados se encuentran asociación ilícita, violación del juramento de cargo, conspiración para cometer falsificación y presentación de documentos falsos.
Los fiscales de Georgia, liderados por la fiscal de distrito del condado de Fulton, Fani Willis, deben demostrar que Trump violó dos o más leyes estatales como parte de un plan para anular los resultados electorales. Entre los acusados junto a Trump se encuentran figuras clave como el exjefe de gabinete de la Casa Blanca, Mark Meadows, el abogado personal de Trump, Rudy Giuliani, y el exfuncionario del Departamento de Justicia, Jeffrey Clark.
Willis explicó que los acusados formaron parte de una empresa criminal con el objetivo ilegal de permitir que Trump retuviera el mandato presidencial. La acusación detalla numerosas acciones, incluyendo denuncias repetidas de fraude electoral, intentos de persuadir a los legisladores de Georgia para que se opusieran a los resultados, y el robo de datos de votación.
La fiscal de distrito también enfatizó la importancia del papel de los estados en la administración de las elecciones, declarando que es esencial para el funcionamiento de la democracia. La fecha del juicio aún no ha sido determinada, pero se espera que tenga lugar en los próximos seis meses.
La campaña de Trump respondió rápidamente, acusando a Willis de ser una «partidaria rabiosa» y alegando que la investigación tenía como objetivo interferir con la carrera presidencial de 2024. Willis refutó estas afirmaciones, insistiendo en que sus decisiones se basaban en hechos y que la ley es «completamente no partidista».
En su plataforma Truth Social, Trump negó haber manipulado las elecciones y acusó a Willis de estar «fuera de control y muy corrupta». Continuó afirmando que las acusaciones eran parte de una «cacería de brujas».
Esta acusación en Georgia es parte de una serie de problemas legales que enfrenta Trump. También ha sido acusado en dos casos federales y uno en el estado de Nueva York. Los cargos varían desde la alteración de registros comerciales hasta la acumulación ilegal de documentos de seguridad nacional altamente clasificados.
El expresidente ha negado haber actuado mal en todos los casos, y hasta el día de hoy, continúa afirmando falsamente que las irregularidades electorales le costaron otro mandato en la Casa Blanca. Mientras tanto, lidera la contienda entre los votantes republicanos para la nominación presidencial de 2024.
Georgia fue uno de los estados clave donde Trump perdió por un margen estrecho, y su equipo legal trabajó arduamente para revertir el resultado. Sin embargo, decenas de jueces fallaron en contra de sus afirmaciones de fraude electoral.
La acusación en Georgia sigue a una investigación de dos años y medio que se derivó en gran medida de la llamada telefónica grabada de Trump a los funcionarios electorales de Georgia para solicitarles que «encontraran» votos adicionales. Este caso ha atraído la atención nacional e internacional y es probable que tenga un impacto significativo en la política estadounidense en los próximos años.
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